GANADOR Y PLACE

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viernes, 4 de mayo de 2012

Yatasto: el crack argentino de todos los tiempos.

En 1948 en el haras Las Ortigas, Yucca, hija del celebrísimo Congreve, como fruto de la unión con el padrillo británico Selím Hassam, daría a luz al campeón que sería el emblema del turf argentino. Yatasto.
De tamaño mediano, no tenía un físico imponente, pero si poseía una armonía y equilibrio fuera de lo común, y de hecho fue el precio más alto pagado en el remate del haras Las Ortigas de ese año. Su comprador fue el stud Atenas.
Debutó como favorito en el clásico G. Kemmis (1000m) disputado en aún en San Isidro, en donde precozmente mostró habilidades al ganar por tres cuerpos. Repetiría el triunfo con más facilidad en el Santiago Luro, que en aquellos tiempos se corría en San Isidro, con varios cuerpos a su favor.




Su ascenso en el proceso selectivo continuó siendo tajante, obteniendo con soltura, siempre de punta a punta, los grandes premios R. y R. Chevalier (1400m, Palermo) con tres cuerpos sobre Rubor; y el Montevideo, sobre 1500m, con varios largos de ventaja sobre su escolta, el excelente Profano. Además, obtendría los especiales Old Man y Gral. Güemes.

Sólo el hijo de Full Sail, Barbazul, consiguió tan sólo acercársele, quedando a dos cuerpos del gran zaino colorado, en el clásico Miguel Cané, corrido sobre la misma distancia que el Montevideo, como paso preliminar a la Polla de Potrillos.

Comienza el proceso selectivo superior

Catorce rivales fueron ratificados en la primera gema de la triple corona nacional, sobre la milla. Se alzaron las cintas. Rubor, Green Flag y Yatasto salieron en lucha. Formalizada la competencia, el hijo de Full Sail, Green Falg, fue decididamente a la punta, mientras que Yatasto quedaba segundo vigilándolo, a la vez que pasaron al tercer y cuarto puesto Rubor y Bigarreau respectivamente. Pero en la recta final, Juan Contreras lo mandó a Yatasto inmediatamente en busca de Green Flag, dominando sin problemas y ampliando ventajas, cruzando la raya con varios cuerpos a favor. Así obtenía su primer gema, fácil y sin contratiempos.

En septiembre se corría el Jockey Club, la segunda etapa de la triple corona, sobre 2000m.

En aquellos tiempos -y hasta no muchos años- los 2000 se largaban en el chute de los 1800m, aún hoy existente. A los doscientos faltantes se los implementaba con un codo nuevo, ubicado a unos cincuenta metros luego de la entrada al codo principal. La peculiaridad es que esta curva alargaba la recta final aproximadamente una cuadra más, lo que hacía un derecho más exhaustivo aún. Actualmente, esa porción de pista ya no existe, pues fue reemplazada por studs, y por ello los dos kilómetros deben largarse desde la mitad del codo de Dorrego.

Siete rivales fueron los ratificados para la prueba más antigua del calendario, con la principal preocupación de que el noble hijo de Selim Hassan había demostrado que más y más corría al aumentar las distancias.

Desde el fondo, se alzaron las cintas. Ante la indecisión de algunos jockeys en el comienzo, el tordillo Balear tomó la punta por unos momentos, pero enseguida apareció Yatasto dominando con ventaja sobre Again, 3ero Viking, 4to Extract, 5to Barbazul, y el resto del lote un poco más atrás.

Cruzando el poste que demarca la milla, Yatasto mantenía un tren severo en la vanguardia, seguido por Viking, Again, Nilad, Hosco, Balear, y cerrando la marcha Extract y Barbazul apareados. En los 1000 Viking fue lanzado por su jinete en busca del puntero Yatasto, a lo que Contreras respondió acelerando el tren de carrera de su conducido.

Asediado durante todo el codo de Belgrano, Yatasto quedó a menos de un cuerpo sobre Viking; pero al entrar a la recta, Viking comenzó a ceder posiciones pasando Again y Nilad a la lucha por el segundo puesto, mientras Yatasto ampliaba más y más sus ventajas. El campeón venció por varios, con Nilad segundo por la cabeza sobre Again. Cuarto se mantuvo Viking durante todo el derecho.


El Nacional, última gema de la triple corona

El 7 de octubre de 1951 se disputaría el Gran Premio Nacional, que es el Derby argentino. Esta vez, contaría con nueve ratificados, entre ellos Duty (potranca del año, ganadora del Selección) que contaba con una especial simpatía por parte del público, y desde ya, el gran favorito para la prueba, Yatasto.

Era común en esos tiempos, la asistencia del presidente de la nación al Derby, o al menos algún delegado en representación. Era tradición que, una vez que los competidores salieran a la pista, fueran alineados frente a la tribuna oficial, y sus jockeys se sacaran la gorra en señal de saludo y respeto hacia la autoridad máxima del país allí presente.

Una vez realizado el saludo protocolar, y el consiguiente canter, los participantes fueron ubicados en sus respectivos puestos. Se alzaron las cintas.

Sabueso, montado por José Ortíz Tapia, salió en la punta, pero inmediatamente, y antes de hacer la primera pasada frente al disco, Yatasto fue a lucharle el liderazgo; 3ero Again apareado con Luxemburgo, seguidos por Duty. Más atrás corría Pamperito, mezclado con el resto del pelotón. Entraron al codo de Dorrego, manteniendo las mismas posiciones.

Una vez en el opuesto, a la altura de la milla, cedió Sabueso y Pamperito se mandó entonces al segundo puesto. En el último codo, Yatasto corría con dos largos de ventaja sobre Pamperito, al mismo tiempo que Again emparejaba a Sabueso.

Entraron al tiro derecho final, ante el rugido de las primeras tribunas, colmadas hasta el último peldaño de aficionados; Yatasto continuaba en la punta mientras que Again pasaba a la segunda ubicación exigido a fondo por su jinete J. M. Martínez en busca del puntero tres cuerpos adelante; pero en los 300m finales, Yatasto amplió ventajas, e imparable, el crack indiscutido cruzaba la meta con la toda gloria, triple coronado, por cinco cuerpos sobre Again.

Momento de gloria, magia, quien podría describir con palabras tantas sensaciones de satisfacción junta que debieron sentir la gente del stud Atenas. Habían pagado el precio más alto en el tattersall por el hijo de Selim Hassam y Yucca, y realmente, que bien los había remunerado. Pero sin duda, faltaba un paso más para cumplir con todos los deberes: el Gran Premio Internacional Carlos Pellegrini, sobre los temidos 3000m (en aquellos años) para así lograr la cuádruple corona, lo máximo que dentro del turf se puede aspirar.


Un último esfuerzo...

Las noticias no eran del todo alentadoras para la gente del stud Atenas. Su gran campeón, quien les había dado toda la gloria, no estaba bien de su pata izquierda, y el Pellegrini sería la carrera más difícil que debería afrontar. No solo el tiro era exigente, sino que además debería vencer a los caballos mayores.

De todas maneras, fue ratificado para el Pellegrini a disputarse el 1ero de Diciembre, debiendo alivianársele el ritmo de entrenamiento para evitar que la lesión se acentúe. Trece rivales tendrían que vencer.

Se alzaron las cintas. Again partió con algunas desventajas, al tiempo que Milontón se hizo a la vanguardia por unos momentos; pero Yatasto tomó enseguida la delantera, en un tren moderado, seguido por Mancebo, detrás de este Milontón, Duty, y Valparaíso en los puestos cercanos. En el codo del golf, Yatasto lideraba por dos largos de ventaja, segundo Mancebo, a las patas de este Milontón pegado a la empalizada. Transcurrió el opuesto sin demasiadas variantes, siempre con el hijo de Selim Hassan liderando y segundo Mancebo.

Entrando al último codo los competidores se agruparon, Mancebo acosando a Yatasto que se encontraba sentido de su pata; pero cuando parecía vulnerable al agotamiento, entrando a la recta Yatasto se abrió hacia el centro de la pista, poco a poco ampliando las diferencias, y en medio de una intensa ovación cruzó el disco con dos cuerpos de ventaja. 

Corría 1952. La reaparición del noble zaino colorado generaba una enorme expectativa: había ganado de forma formidable la cuádruple corona, pero en la última de sus gemas evidentemente había acusado un mal funcionamiento orgánico. Sin embargo, se añadiría a favor del campeón la invaluable experiencia y habilidad del maestro Leguisamo, quien lo montaría durante toda la venidera temporada.

No obstante así, el 1ero de Mayo Yatasto conocería su primera derrota. Fue llevado a competir a Brasil, al Gran Premio San Pablo (3000m) corrido en el lindísimo hipódromo de Cidade Jardim, ubicado en la ciudad cuya gran carrera hacía honor.

Yatasto, visiblemente dolorido de una de sus manos, no hizo prácticamente carrera, arribando cuarto ante el gran caballo argentino Gualicho (quien también ganaría por varios cuerpos el Gran Premio Brasil de ese año, la carrera más importante del turf brasileño).

Gualicho triunfó en el Gran Premio San Pablo de forma aplastante, en tiempo récord para la pista paulista: 3' 5'' 1/2. Segundo, lejos, fue otro ejemplar argentino, Panther; tercero, el francés Fort Napoleón; cuarto Yatasto, y más atrás el resto. Cabe destacar el físico de Gualicho, hijo de Druid y Golgonda. Era un alazán de lista blanca y patas blancas, muy fuertes y vistosas.


De regreso a las pistas locales

Yatasto reaparecería en el clásico Chacabuco, sobre 3000m en Palermo. La pista estaba muy pesada ese día. Mostrando que se encontraba nuevamente en excelente forma, y que no le hacía mella la tenaz persecución que le propinó Pretexto durante casi todo el recorrido, se desprendió de éste en plena recta, con total solvencia, y con varios cuerpos a su favor en el muy buen tiempo de 3' 6'' para la fangosa.

Los 4000m del Pueyrredón son difíciles para cualquier caballo, pero el crack salió a la descubierta seguido por Egipto y Again -su viejo rival- y se alejó con facilidad en el tiro derecho, con varios en la raya.

El Gran Premio de Honor, sobre 3500m, en Palermo, fue la carrera que más le costó ganar al hijo de Selím Hassam. Apenas largaron, éste se colocó en la punta, perseguido por Óptimo, más lejos se desempeñaba Pretexto, con Pedro Artigas sobre la cruz, y detrás corrían el resto de los competidores.

Pretexto se fue acercando en el codo final, y su piloto "pelusa" Artigas lo lanzó de lleno en la recta, en donde casi emparda al crack...grande fue la consternación cuando el público vio al maestro Leguisamo blandir enérgicamente su fusta sobre el anca de Yatasto, moviéndolo severamente. Pero el campeón poco a poco volvió a diferenciarse, estableciendo dos cuerpos en la meta.

Su segundo Pellegrini

El Pellegrini de 1952 fue el más concurrido de todo el siglo XX con más de 100.000 espectadores concentrados para ver al gran crack en acción. Pero el caballo no se hallaba en la plenitud de sus fuerzas en absoluto. Así lo había demostrado en los desganados ejercicios realizados en las anteriores semanas.

Tras una carrera en tren flojo, Branding, un ruano en pleno ascenso y el mejor potrillo de ese año, comandó la prueba de principio a fin, poniéndose a correr de firme en la recta, y ganando por dos largos con resto y solvencia. Sideral, el excelente hijo de Seductor y Starling, y futuro gran padrillo, le arrebató el puesto de escolta a Yatasto en los 300m, y el zaino colorado debió conformarse con la tercera ubicación. Cuando perdió esta carrera Yatasto, cualquier caballo puede perder. Desde ahí, ya no hay más fija.

Su última campaña

La última temporada que correría Yatasto sería la de 1953. Para entonces, su antiguo entrenador, Juan De la Cruz, había firmado un jugoso contrato para entrenar en Brasil, por lo que el crack fue dejado al cuidado de Nicolás Ojeda. Rubén Quinteros sería el jockey que lo correría de aquí en más.

A principios de año fue llevado a competir a Montevideo, para el Gran Premio Municipal a disputarse en el histórico hipódromo de Maroñas. Yatasto demostró haberse recuperado de la desafortunada derrota de su último Pellegrini: en Maroñas fulminó ganando por amplísimo margen, teniendo de escolta a otro argentino, El Aragonés, arribando lejos.

Una vez regresado a la Argentina, competiría sobre los 2000m del Clásico Otoño, a fines de marzo, en San Isidro. Nada pudieron hacer Añante, Make Marry, entre otros, para descontar el amplio margen que Yatasto les sacó en la recta. Ganó por varios en la raya.

Dos semanas más tarde, repite otro fácil triunfo en el Clásico Gral. Belgrano, sobre 2200m.A principios de mayo, obtiene el Gran Premio San Isidro (que en aquella época se disputaba sobre 3000m...actualmente, por razones ajenas al entendimiento, la carrera fue bajada...hasta la milla) en el buen tiempo de 3' 5'' 1/5 fruto de la constante presión ejercida por el excelente stayer Chantey, que lo peleó severamente al crack desde la suelta hasta los 800m; de allí en más, Yatasto se desprendió con solvencia.

El clásico Vicente L. Casares sería otro cotejo sin dificultades para el noble zaino colorado, cruzando la meta por amplio margen; más tarde ganaría por segunda vez, y en el tiempo récord de 3' 4'' 1/5 el Clásico Chacabuco.

Luego de ésta carrera, Yatasto acusó un dolor en la paleta, consecuencia de una deformación que venía sufriendo desde hacía rato en el nudo del mismo lado. Por ello, su entrenador prefirió que el campeón eludiera los exigentes 4000m del Gran Premio Pueyrredón, y en vez corra un clásico fácil para el noble zaino colorado.

Así, es anotado en el Clásico Palermo, sobre la milla. Le gana fácil a su hermano paterno Tanteo, quedando a 1/5 del récord para la distancia que ostentaba Cruz Diablo desde 1931. Por su parte, el Pueyrredón fue ganado por Blerriot, por el pescuezo sobre Sideral.

Su última carrera
El Gran Premio de Honor sería su última carrera, y el cierre de una campaña gloriosa.

Yatasto, pese a las grandes hazañas que había conseguido en los últimos cotejos, era un caballo que estaba ya roto, desgastado, y era tiempo justo de retirarlo de las pistas. La deformación en uno de sus nudos, y los consecuentes trastornos, evidentemente no iban a mejorar corriendo, pues las lesiones son como grietas que se van abriendo con el paso del tiempo.

No obstante, solo cuatro rivales se le animaron para dicho gran premio, sobre 3500m. Se alzaron las cintas, Yatasto hizo una punta moderada seguido con precaución por Sideral, más atrás Tanteo, Chantey, y Pamperito. Así se mantuvieron durante la mayor parte del recorrido, observándose en las imágenes de la época, amplias ventajas entre los competidores.

Pero en la recta final, como siempre, Yatasto aumentó la diferencia y cruzó por última vez el disco, broche de oro, con varios cuerpos de ventaja -aproximadamente 30 metros sobre Sideral- que apenas logró mantener el puesto de escolta ante Chantey; cuarto arribó Tanteo, y último Pamperito. Así cerraba la campaña final del gran campeón. Corrió veintiuna carreras, obteniendo 19 de ellas, sumando más de 1.950.000 $ en premios. Ninguno de sus triunfos fue por menos de dos cuerpos.

Reproducción y legado

Yatasto dio -como ocurrió con otros grandes de la historia- menos de lo que se esperaba de él. Prestaría también servicios en el haras Dreanina, y posteriormente sería exportado a USA, en donde moriría unos años más tarde. Yata Nahuel, nacido en 1958, figura como su mejor descendiente. Este zaino, cuya madre fue madre Evening Breeze, se adjudicó múltiples clásicos que fueron de los 1000 a los 2000m. Sería exportado a Panamá, en donde ganaría cinco carreras y posteriormente se destacaría también como padrillo en el haras Dreanina (Argentina).
Yatasto es considerado el mejor caballo argentino de todos los tiempos, y que dudas quedan, de que realmente lo fue.













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1 comentario:

  1. SINCERAMENTE,ES UN PLACER INMENSO VERLO CORRER A TRAVES DE LOS VIDEOS..POR DIOS,FUE UNICO Y QUIZAS IRREPETIBLE...

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