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jueves, 18 de septiembre de 2014

Ricardinho ganó el desafío que ya saboreaba Baze

El canadiense lideró el torneo desde la primera etapa, con un doble festejo, pero el carioca se quedó con el último capítulo y concluyó con una ventaja de un punto; “lo más justo hubiese sido un empate”, dijo el brasileño, que emocionado recordó a su padre, Antonio.

Por: Pablo F. Gallo

Día nublado en la linda Porto Alegre. Pero espléndido por imperio del burrero calor que emana de las raíces gaúchas del hipódromo erigido en 1959; dos temporadas antes, su maqueta obtenía en Nueva York un premio como la obra de arquitectura moderna más importante del Cono Sur.

Allí ingresamos con el crack Mario Rozano, Marcelo Fébula, el yorugua Antonio Castro, el historiador hípico Marco A.F. de Oliveira, Emanuel Aguilar y el infaltable Marcos Rizzón; nos reciben José Vecchi, Presidente del Jockey Club, y el Vice Ricardo Felizzola, mal anotados por su calidad. 

La amplitud del segundo escenario de Brasil es imponente; con un promedio de 700.000 reales de betting –unos 350.000 dólares-, ha desplazado largamente a Ciudad de Jardim (San Pablo), no se trata de ningún reducto chico como algún trasnochado ha inventado por ahí, y disputa sus reuniones en el trazado auxiliar porque está reacondicionando su cancha grande para la fiesta ciudadana de noviembre en torno al tradicional Beto Goncálvez, la carrera ganada en 1962 por Vizcaíno con Irineo Leguisamo, en octubre del ‘72 por Locomotor con el chileno Sergio Vera, en 1973 por Chupito con Hugo Rabanito López, y en el ‘74 por el Loco Torres en las riendas de Good Bloke tras un fallo de distanciamiento por las molestias del uruguayo Báez a bordo de Espino.



Hasta aquí llegaron también, en este jueves de septiembre, el canadiense nacionalizado norteamericano Rusell Baze y el local Jorge Ricardo, los dos jinetes con mayor cantidad de triunfos en toda la historia del turf universal: 12.350 a 12.256 cantaba el marcador a comienzos de la semana, y la rivalidad entre ellos no es cuento.

Acompañado por su esposa Tami Baze, oriunda de Arizona, y por la blonda traductora Tatiana Feldens, Russel ríe de costado al responder sobre una presunta obsesión por el cabeza a cabeza con Ricardinho: “a veces lo miro, una vez por semana, algunos colegas me lo hacen notar y sé que vengo adelante, pero no me desespera. Es una competencia sana, ante un enorme rival. Me gratifican esta invitación y el afecto del público, es hermoso todo esto, y aunque quiero llegar primero siempre, no significa una debilidad para mí”.

Jorge, por el contario, profundiza el concepto mucho más allá: “amo correr, pero mentiría si no dijera que estoy pendiente de esto. Es un objetivo, retirarme como el más ganador, y mientras el físico, el espíritu y las ganas me sigan empujando, lo voy a intentar. Esto no tiene una fecha, un límite o un final establecido, es algo creo que natural. Beze tiene 56 años, yo 52, y hay que ver cuántos más va a seguir. Él me había sacado 80 victorias, yo volví de la enfermedad, lo alcance, lo pasé y al momento de la rodada venía con 30 arriba. Después los médicos me dieron de 8 a 12 meses de rehabilitación, y yo volví sólo a los 4 meses, dando ventajas, y puedo decir que recién a esta altura del año me siento medianamente bien, casi como antes. Creo que en el 2015 voy a estar de nuevo como yo quiero, sin dejar de reconocer que el nivel de los jockeys que compiten en Argentina conmigo es muy superior al que enfrenta Baze”.




Previo al inicio de la serie de desafío, cinco contiendas con puntajes descendentes de 10, 7, 6, 5, 4, 3, 2 y 1, dialogamos detrás de partidores con la encantadora ex amazona Suzana Davis, Starter Oficial del Hipódromo Cristal. “Aún a veces no logro creer los hermosos lugares y la encantadora gente que conocí gracias a mi profesión”, señala. Le comento que soy de La Plata, un óvalo que la vio despuntar como la primera jocketta en actuar en Argentina. Me da un abrazo cortito, e inmenso, y apenas lagrimea cuando me mira a los ojos y dice, conmovida por tan emotivo recuerdo: “yo tuve la suerte de haber sido muy feliz haciendo lo que más me gustaba”.

El match Baze-Ricardo empieza con la “barbada” –léase fija- Xamba Danz que deja 3ª a Rabanada para poner al americano 10 a 6. Al toque, el garoto la oficia de escolta con Ever King, Baze recala 4º en la silla de Chamarisco, y quedan 15 a 13. El tercer pareo regala un infernal mano a mano resuelto arriba por el canadiense para sacarle el pescuezo a Warship (J. Ricardo) con From Tokyo City: 25 a 20, y roces mutuso en la definición. En la siguiente, el astro carioca la tenía en el buche y cae al filo del espejo al ser boleteado por Flight at Night, con la monta de Hilson Luiz Falero Santos; Baze tercerea con La Linda Fitz (Ríspido Fitz) y el 31 a 27 los deposita en los cajones del capítulo culminante.

Se borra Xandi Danz, entonces Baze sube al favorito Rodín, y Ricardo pretende el milagro en la cruz de Rei do Tango, un hermanito materno de Mr. Nedawi que acciona mejor en el opuesto, encima a la salida de la curva decisiva, pasa al frente por los 300 y se distancia para propiciar otro desenlace de tinte heroico, uno más para el jinete de Much Better. Rodín, 4º muy rigoreado, aporta insuficientes 5 porotos a la torrecita de Baze: 37 a 36 cantan las chapas y ventaja mínima para el campeón.

Suena “We are the champions” para telón de una ovación impresionante tributada por las tribunas. Ricardo toma un micrófono, todavía rumbo al pesaje y ametrallado por los flashes agradece “a Porto Alegre por este torneo, que es importantísimo para mí porque acá corría mi padre Antonio, a toda esta gente… si Baze entraba 4º empatábamos, y no hubiese estado mal por la idea de quienes llevaron adelante esto. Sepan que no hay nada imposible de vencer, solamente la muerte”.

Cae la noche, y jamás es cualquier noche sobre la tierra de la feijoada, la caipirinha y el desejo. Cae muy mansa, preludiada por un atardecer refrescante que baja de los morros de Río Grande do Sul. Ya se advierte el clima futbolero de Gremio contra el Santos de Robinho, dentro de un par de horas en el gigantesco estadio Arena Gremio.

La calidez de su gente y su adorable sencillez magnifican al Cristal, cuyas luces encendidas van despidiendo un evento único en los libros de la hípica mundial. Sus destellos se extenderán por siempre. En cada amanecer. Y en infinitas direcciones, como una explosión. 




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